sábado, 24 de mayo de 2014



Sería imposible plasmar en un texto lo que estos paisajes me hacen sentir desde mi niñez. Solo pretendo que admiréis la belleza y os enamoréis de ellos una milésima parte de lo que yo lo he hecho a lo largo de estos años...


Cañones del Sil. Desde el mirador de Doade uno se siente pequeño. La magnitud de lo que la naturaleza ha ido esculpiendo en esta tierra, impresiona.






Viñedos Amandi. Dispuestos en bancales con una inclinación cercana a la verticalidad. Imprescindible visita para quien dude de la viticultura heroica que aquí se estila.


Vistas desde la vertiente Ourensana. Ya encarada la subida desde el club náutico de Doade hacia Castro Caldelas, y solo a un par de km de esta última localidad.



Cañones del Sil. Viñedos de las zonas más bajas de la ladera lucense. En un terreno prominentemente rocoso donde solo proliferan los elegidos.



0 comentarios:

Publicar un comentario